La saciedad es un concepto muy comentado en el mundo de la nutrición. A la hora de comer debemos diferenciar el hecho de estar saciados a el hecho de estar llenos ya que difierenmucho entre sí los efectos sobre el organismo. En el blog de hoy trataremos la saciedad como concepto, que ocurre en nuestro cuerpo durante el proceso de alimentación para sentirnos saciados y como la saciedad nos puede jugar una mala pasada durante la dieta o durante un proceso de pérdida de peso.

 

¿Qué es la saciedad?

 

“La saciedad es la capacidad que tiene una persona para percibir que debe dejar de comer porque ya ha comido suficiente” Esta es la definición más completa para describircomo se lleva a cabo este proceso.

En esencia es una respuesta que da nuestro organismo para indicarnos que ya ha ingerido suficientes alimentos y que no necesita más. Existe el gen de la saciedad encargado de decirle a nuestro cerebro que ya ha comido los suficiente, también es un gen del que ciertas personas carecen y que como consecuencia comen más de lo que su cuerpo necesita.

 

Procesos que regulan la saciedad

 

Existen dos procesos que regulan la saciedad, los procesos mecánicos y los procesos hormonales.

Los procesos mecánicos representan un conjunto de respuestas nerviosas que se dan en la distensión del aparato digestivo, podemos decir de la misma manera que este proceso se da cuando nuestro estómago se distiende por la presencia de alimentos en el mismo e indica al cerebro a través de transmisores que ya no necesita más comida, que ya está lleno.

Las personas que carecen del gen de la saciedad en este caso carecen de la capacidad que tiene el estómago de señalizarle de manera completa o parcial al cerebro para saber que está lleno por lo que el estómago se sigue llenando hasta que inevitablemente este exceso debe salir por algún sitio, normalmente en forma de vómito.

Los procesos hormonales son algo más complejos ya que aquí entran en acción diferentes factores variables. Las endorfinas y la dopamina, junto con la leptina y la insulina juegan un papel esencial en esta cuestión. Las endorfinas hacen que la comida resulte apetecible para la vista, aquella célebre frase de “estas comiendo por los ojos” queda marcada por la presencia de endorfinas que hacen que el hecho de que un plato tenga buena pinta nos de hambre para comerlo, aunque no tengamos necesidad de hacerlo.

La insulina y la leptina son por un lado útiles para la asimilación del azúcar en sangre y la leptina por otro lado también induce la sensación de saciedad confirme pasa tiempo a la hora de comer.

Es por ello que también cuando los médicos recomiendan comer despacio no es para no atragantarse, que también si no va más indicado hacia dejar que el cuerpo asimile bien los nutrientes haciendo uso de elementos como la leptina.

A modo de resumen o de conclusión, cada cuerpo tiene un nivel de saciedad distinto que no solo viene marcado por las características físicas de cada persona o su capacidad digestiva, también entran en juego factores hormonales que pueden dar o quitar el efecto de saciedad según el organismo lo vea necesario.

En el caso de la menstruación de las mujeres, por ejemplo, existe un síntoma muy sonado donde una semana antes de comenzar con el periodo la mujer tiene un mayor sentido del apetito, algo irregular. Este sentido se da por un factor hormonal que en vista a tener que sangrar y demás acumula nutrientes en forma de energía para poder llevar a cabo todo el proceso cuando se da la menstruación.

Cada proceso de saciedad es distinto y puede variar por estaciones o por situaciones individuales, se debe de mantener siempre un control profesional para entender como nuestro cuerpo reacciona a tener hambre y por tanto poder asimilar los alimentos que se ingieran.